La cantante, que le mostró el bossa nova al mundo, falleció a los 83 años
Tenía una voz cadenciosa, sensual y fue la artista que llevó la música brasilera a otro nivel cantando un tema que se convirtió en un himno global y en la banda sonora de muchos momentos románticos. Ella le puso voz a una versión en inglés del tema Garota de Ipanema, compuesto por Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes y la interpretó junto a su esposo Joao Gilberto en 1963. Pero hoy el mundo de la música está de luto.
«Mi abuela Astrud Gilberto me hizo una canción, se llama ‘Linda Sofia’. De hecho, ella quería que mi nombre fuera Linda Sofía. La vida es bella, como dice la canción, pero vengo a traer la triste noticia de que mi abuela se convirtió hoy en una estrella y ya está al lado de mi abuelo João Gilberto. Astrud fue la verdadera chica que llevó la bossa nova de Ipanema al mundo”, reveló su nieta, Sofia Gilberto Oiveira, en su cuenta de instagram.
La historia dice que ella grabó la versión a sus 22 años y que cobró un poco más de cien dólares de esa época por el trabajo. Pronto comenzó a reproducirse en muchas estaciones de radio en todo el mundo y la gente comenzó a tararear “mira qué cosa más linda, más llena de gracia”, haciendo referencia a una chica que causa revuelo por su belleza.
El origen del tema se remonta a 1962 en un bar llamado Veloso -ahora llamado Garota de Ipanema- en donde los compositores Vinicius y Moraes veían pasar por las tardes a una joven que en algunas ocasiones paraba a comprar cigarrillos e, inspirados por su belleza, compusieron la famosa canción. Era una chica de “cuerpo dorado, del sol de Ipanema”, que en realidad se llamaba Heloísa Eneida Menezes Paes Pinto, que a sus 17 años le encantaba ir a la playa en Río de Janeiro y que fue la protagonista real de la composición.
Fue un éxito en Brasil y el productor estadounidense Creed Taylor convención a Astrud y a su esposo João Gilberto que grabaran una versión con el saxofonista Stan Getz. Así nació The Girl of Ipanema y luego La chica de Ipanema. La canción ganó un Grammy en 1965, el primero que recibía una artista brasilera en la historia.
Aunque podría haberse quedado en el universo de un solo hit, Astrud Gilberto grabó varios discos del género, aprovechando la cadencia del jazz y el estilo pegajoso del pop. En 1964 se separó de João Gilberto, vivió en Estados Unidos y siguió grabando música con artistas como Chet Baker y Ennio Morriconne, aunque años después dejaría la música para dedicarse a la pintura y leer mucha filosofía. De seguro estaba cansada de ser solo reconocida por una canción que algunas llegaron a cantar Madonna y hasta Frank Sinatra.
Fuente: El Tiempo