La icónica banda española reanuda su gira por EE.UU. el viernes (21 de junio) con un concierto en el Radio City Music Hall.
Para Hombres G, la música va más allá de la fama y la fortuna; es una expresión pura del alma y una fuente inagotable de alegría y creatividad — aún 40 años después de darse a conocer con himnos como “Venezia” o “Marta tiene un marcapasos”.
“Nos encanta hacer música y disfrutar de nuestra vida”, afirma David Summers, vocalista y figura central de Hombres G. “Esa pasión sigue ardiendo más fuerte que nunca con proyectos emocionantes en el horizonte, como la gira por Estados Unidos en 2024 y colaboraciones con artistas de nuevas generaciones”.
David Summers
A lo largo de décadas, la icónica banda española de pop rock — que también integran Rafael Gutiérrez, Daniel Mezquita y Javi Molina — ha conseguido cautivar al público con un sonido inconfundible y letras juguetonas, convirtiéndose en un fenómeno cultural que trasciende generaciones a través de clásicos que también incluyen “Devuélveme a mi chica”, “Te quiero”, “El ataque de las chicas cocodrilo” y muchísimos más.
Este viernes (21 de junio), Hombres G reanuda en el Radio City Music Hall de Nueva York una gira de aniversario por Norteamérica que comenzó en marzo, y que también incluye paradas en ciudades como San José, Las Vegas y Los Ángeles. (Para una lista completa, haz clic aquí).
Las celebraciones por sus 40 años comenzaron en noviembre de 2023 con el lanzamiento de Del Rosa al Amarillo, una caja de lujo que recoge los grandes éxitos del grupo en 2 LPs y 2 CDs. Y, además de su gira por Estados Unidos y actuaciones en México y España, en 2024 publicarán un álbum con nuevas versiones de sus canciones que incluirán sencillos recientemente lanzados junto a invitados como Morat, Álvaro de Luna y Carín León.
En una entrevista con Billboard Español, Summers nos adentra en los momentos cruciales que han definido su viaje, desde sus modestos comienzos hasta el estrellato internacional.
¿Qué recuerdas del momento exacto en el que decidieron formar la banda y comprometerse con el proyecto de Hombres G?
No hubo un momento exacto, fue como una pequeña evolución mientras nos íbamos conociendo y empezábamos a tocar juntos. Éramos un grupo de amigos con una pasión compartida por la música. Javi y yo estábamos primero en un grupo que se llamaba Los Residuos, que era de funkies, y luego nosotros dos nos salimos y encontramos a Rafa y a Dani. Entonces un día nos juntamos los cuatro y empezamos a tocar. Es difícil precisar una fecha exacta, pero todo esto sucedió alrededor del año 1981.
Imagino que soñaron con tener éxito, ¿pero alguna vez visualizaron llegar a celebrar 40 años de trayectoria?
Nunca imaginamos lo que nos pasó después y lo que nos está pasando ahora mismo. Nuestra vida ha sido una constante sorpresa. Nosotros éramos unos chavales muy normales de un barrio de Madrid que nos gustaba tocar los fines de semana, y de repente nos convertimos en un fenómeno de fans. Descubrimos que éramos guapísimos, se volvían las niñas locas con nosotros, y esa fue la primera sorpresa. Y luego, toda nuestra vida ha sido sorprendente, incluso ahora mismo no es que llevemos 40 años y se nos recuerde, no; estamos tocando todavía en recintos enormes, haciendo las mejores giras de nuestra vida, ya con 60 años [de edad] cumplidos y estamos en el mejor momento de nuestra carrera, con un público además de niños pequeños de 10 años hasta gente de nuestra generación. Todo es una sorpresa y no sabemos lo que el futuro nos va a deparar todavía. Esto no parece que tenga techo.
De momento, tú no le vas a poner techo, ¿verdad?
Mira, yo en este momento de mi vida me cuido muchísimo, intento hacer ejercicio, he dejado de fumar, de beber, de salir, de todo, porque necesito toda la energía para estar en forma para los conciertos, para hacer giras, para pasármelo igual de bien que me lo he pasado en estos últimos 40 años. Necesito esa energía, esa capacidad física de poder hacerlo. Y como lo que quiero es alargar lo más posible mi carrera, mi vida profesional, intento invertir en estar más o menos bien. Me puede pasar cualquier cosa, pero por lo menos que no sea culpa mía, ¿no? No quiero que una enfermedad o porque no me cuido lo suficiente, no poder hacer lo que me gusta que es cantar y viajar por el mundo con mis canciones y seguir haciendo lo que he hecho toda mi vida, que es lo que me sigue manteniendo ilusionado y con ganas de hacer cosas.
¿Crees que el éxito de Hombres G se debe en parte a que no tenían otro propósito más que pasarlo bien y hacer música que les gustaba?
Es que es fundamental en la vida. Eso me lo decía mi padre siempre, que era un gran maestro y un tipo del que me he aconsejado muchísimo: “Lo más importante es llegar a la noche”. De hecho, hice una canción que se llama “Llegar a la noche” por eso que me decía. Porque tú te levantas por la mañana, haces tu trabajo, intentas querer a la gente que te quiere, hacer lo que te gusta, pasar un buen día y llegar a la noche y decir “bueno, me lo he pasado bien hoy”. Y mañana hacer otra vez lo mismo y al día siguiente lo mismo, y un día te mueres y ya está. Entonces te das cuenta de que te has pasado tu vida con metas muy cercanas que es divertirte hoy y pasártelo bien hoy y hacer algo algo divertido hoy o proyectar algo que te ilusione. Eso es lo que hacemos los Hombres G desde hace 40 años. […] Yo ahora estoy ilusionado por la gira por Estados Unidos, pero no me preguntes qué voy a hacer dentro de cinco años porque no lo sé, ya lo pensaré.
¿Hay algún álbum o tema en particular que destacarías como representativo de la esencia de Hombres G?
Es muy fácil: “Devuélveme a mi chica”. Hoy estoy hablando contigo porque un día escribí esta canción, así de claro. Luego creo que he hecho canciones más bonitas, mejor hechas y tal, pero esa canción encendió un fuego que luego he tenido que alimentar con buenas canciones y otra, y otra, para que ese fuego siempre estuviera ardiendo. Pero a “Devuélveme a mi chica” le debemos todo. A donde íbamos con esa canción se abrían los países enteros, se nos abrían las puertas de todos lados porque era una bomba imparable. […] Ahora, hay canciones [como] “Voy a pasármelo bien”, “Te quiero”, “Temblando”, “Un par de palabras”, “Indiana”… Es que sacamos tantas canciones muy importantes para nuestro público que son imprescindibles; son 20 canciones que no podemos dejar de cantar nunca en nuestra vida, porque el público no te lo perdona.
¿Cómo es el proceso de creación de una canción para ustedes hoy? ¿Ha cambiado en algo desde sus inicios?
Las canciones las hago yo y siempre las he hecho igual. Trabajo solo en casa, tengo mi estudio, cojo mi guitarra, hago una canción, la estructuro, busco la melodía, luego escribo una letra, la grabo, hago una maqueta con la ayuda de mi hijo, que me ayuda muchísimo y toca muy bien. Luego enmaquetamos la canción y se la mando a mis compañeros, y si a todos nos gusta pues va para alante y va al repertorio del disco nuevo.
Antiguamente no tenía los medios para grabarlo, porque no tenía un estudio en la casa, entonces lo que hacía era hacer las canciones, las escribía y luego iba al local de ensayo y las ensayaba con los chicos a ver qué tal funcionaban; ahora tengo la opción de poder enmaquetarlas y darles la forma como yo tengo en la cabeza. Luego grabamos en un estudio en mi casa, es todo muy sencillo, muy familiar. No tenemos productor ni nada, nosotros mismos le damos forma a las canciones, traemos a un ingeniero de sonido para que nos agilice el trabajo, pero nosotros le vamos dando la forma a la canción que más nos gusta, y a nuestro disco; hacemos luego la portada y lo hacemos todo nosotros.
Precisamente en el marco de su aniversario grabaron clásicos junto a artistas de nuevas generaciones como Morat o Carín León. ¿Cómo se dieron esas sinergias y cómo las están aceptando los fans de toda la vida?
Quejas no hemos tenido. La verdad es que estoy encantado, el proyecto es muy bonito, los chavales la han hecho y la están haciendo con una ilusión enorme. A mí, la versión que ha hecho Morat me encanta. La última, “Te quiero” de Carín León, está funcionando como un tiro y se están dando los resultados que esperábamos. Nosotros queríamos hacer colaboraciones con chavales muy jóvenes que hubieran nacido mientras los Hombres G ya estábamos tocando. En otras ocasiones, ya habíamos hecho duetos con compañeros generacionales y amigos nuestros de toda la vida y por eso queríamos hacer algo diferente, queríamos saber cómo enfocaban las canciones esta nueva generación de artistas. Les hemos dado todas las pistas originales para que jueguen con ellas y están haciendo unas versiones muy chulas.
¿Podemos esperar más colaboraciones a lo largo de este año?
Sí, claro, publicaremos un disco completo de colaboraciones. Lo que pasa es que estamos sacándolas como singles. Primero hicimos con Morat “El ataque de las chicas cocodrilo”, luego con Álvaro de Luna “Suéltate el pelo”, y ahora hemos sacado a Carín León con “Te quiero” y está chulísima. Y luego tenemos más grabados que iremos sacando, pero no sé si la compañía quiere sacar ya el disco completo para la primavera o verano, no sé la fecha exacta.
¿Cómo fue el proceso de selección de canciones la caja de lujo Del Rosa al Amarillo?
Hay canciones que a lo mejor se han quedado fuera, porque es que son muchos temas: estamos hablando de más de 140 canciones originales, más otros singles que no están incluidos en los discos. Debemos tener un repertorio de unas 150 canciones aproximadamente, y de ahí tienes que extraer 40, que era lo que venía en la caja. Hicimos 40 aniversario, 40 canciones. Están las que tienen que estar porque tienen que estar. Hay otras que dices, “¿cómo que no está esta?”. Pero es que no caben.
¿Qué influencias contribuyeron a forjar el sonido distintivo de la banda?
Cualquier canción que me transmita algo y que me emocione, pues me interesa, me gusta y me acerco. Entonces dentro de eso, The Beatles por encima de todo, pero también Frank Sinatra, Nat King Cole, Ray Charles, Squish, Sex Pistols, Bob Marley, Leon Miller, Rubén Blades. […] Todo lo que es riqueza musical, o letras que te remueven el corazón, todo eso me interesa. El ritmo me da igual, la manera de enfocarlo o llevarlo me da igual, lo que me interesa es la emoción que transmite. Por eso los Hombres G hacemos rock n’ roll, ska, reggae, balada, un poco de country, pop, rock; hacemos lo que nos apetece y lo que nos atrevemos a hacer. No haremos nunca flamenco ni salsa, pero porque no tenemos ni p… idea.
¿Cuál consideras que ha sido el mayor desafío para Hombres G a lo largo de las décadas, con los cambios en la industria musical, la llegada de la era digital, el streaming y las redes sociales?
Cuando decían que el año 2000 iba a ser el fin del mundo, era verdad: el fin del mundo tal y como lo conocíamos. Hay cosas que son mejores y otras que son horribles. ¿Qué es mejor? Pues como te decía antes, que yo pueda tener en mi casa un estudio sin gastar mucho dinero. La tecnología me ayuda a poder hacer canciones rápido, grabarlas y colgarlas inmediatamente a internet y hacer que un montón de gente desconocida acceda a mi canción y la escuche en el acto. Eso antes era imposible. Pero eso va en perjuicio de que hay tanta oferta, que los buenos quedan enterrados en esa enormidad de contenidos. Es mucho más difícil destacar que antes.
En los años 80, tocabas en un local, había alguien ahí que decía, “oye, pues estos chicos son buenos”, y te decían “¿queréis grabar un disco?”. Si la intuición de ese tío era correcta, a lo mejor grababas un disco y a lo mejor tenías éxito, y a lo mejor te hacías una carrera profesional. […] Ahora es muy fácil exponer lo que haces, pero hay tantísima mediocridad que también todos esos exponen sus mier…. Estamos hartos de contenidos, tenemos todas las plataformas, todas las películas, todas las canciones. Eso satura, no valoramos lo que era antes comprar un disco.
¿Qué consejo le darías a las bandas emergentes que quieran tener una carrera larga y sólida?
Lo primero es no rendirse nunca. Esa es la primera regla, porque te van a intentar fastidiar muchas veces en la vida, te van a poner sillas por delante y te van a dar muchas ganas de rendirte muchas veces. Y luego por supuesto, mantener la ilusión, porque eso que dicen que sin ilusión no se vive es totalmente cierto. En la vida, y sobre todo en la música, se vive de estar ilusionado con un disco nuevo, con una gira, con un nuevo concierto, con una canción, con algo que te mantenga despierto y con ganas de cantar y de tocar. No pensar tanto en ser famoso, en ganar dinero, que eso vendrá. Yo creo que el éxito es como un péndulo: si vas detrás todo el rato, no lo pillas nunca. Si estás en tu sitio y crees en ti mismo y en lo que haces, puedes tener más o menos éxito, pero por lo menos la felicidad la tienes garantizada.
De todas las giras que han hecho, ¿algún anécdota o momento memorable para ti?
Te puedo contar por ejemplo que tuve una sensación muy especial la primera vez que tocamos en el Hollywood Bowl en Los Ángeles, California en 2018. Hemos tocado en sitios increíbles, en escenarios acojonantes, en estadios con 80.000, 90.000 personas, así que es difícil que yo me impresione con un lugar. Pero ese día me impresionó muchísimo porque tengo en casa el disco de The Beatles en el Hollywood Bowl, tengo un disco de Frank Sinatra también allí, o sea, ese escenario es un lugar donde los más grandes de la historia han cantado. The Doors, Ray Charles, The Beatles. Me vi allí en el camerino, que lo tienen igual que lo han tenido siempre, y justo en frente de mí tenía una foto de Frank Sinatra en blanco y negro sentado en la misma butaca donde yo estaba sentado. Eso me sobrecogió, y [luego] estaba en el escenario cantando mis canciones y pensado: “Tío, estás en el Hollywood Bowl”. Eso no me había pasado nunca. Siempre recordaré ese concierto. Además fue grandioso, estuvo sold-out, el público increíble.
¿Cómo te gustaría que se recordara a Hombres G?
Me gustaría que por lo menos se nos recordara como unos tíos que intentaron siempre transmitir buen rollo a la gente. Nuestra máxima siempre fue humor, amor y música, a eso nos hemos dedicado toda la vida. Que la fuerza nos acompañe para poder seguir haciendo conciertos divertidos todavía unos cuantos años más.
Por Franchesca Guim