Al Duque de Sussex, que no estará acompañado por su esposa Meghan, no se le ha reservado ningún papel en la ceremonia
Euforia desmedida en Londres: nadie quiere perderse la coronación de Carlos III

Entre el 19 de septiembre de 2022, día en el que los Windsor y todo el Reino Unido dieron su último adiós a la Reina Isabel II, y el 6 de mayo de 2023, en la guerra de los Duques de Sussex contra la Familia Real británica han mediado un buen número de ataques entre unos y otros, con la prensa, la televisión y el negocio editorial como campos de batalla.
El Príncipe Harry y Meghan Markle, quienes parecían haber abierto una tregua con motivo del fallecimiento de la anciana monarca el 8 de septiembre del pasado año, con una visita al Londres cargada de lágrimas y significativos gestos de pesadumbre, apenas tardaron unas semanas en volver a empuñar las armas.
El bombazo más sonoro y, tal vez, destructivo para su propia reputación fue la salida al mercado, el pasado 6 de enero, del libro de memorias de Harry, titulado 'En la sombra': una sucesión de recuerdos cargados de dolor y resentimiento, desde la pelea con su hermano Guillermo, Príncipe de Gales y Heredero al Trono, en la que cuenta que fue golpeado, a la última conversación con su abuela o su pésima opinión de Camila, quien el sábado será coronada como Reina Consorte.
Antes, una teleserie en 'Netflix' a mayor gloria de Harry y Meghan, y, después, la declaración del propio Harry durante el juicio por piratería telefónica contra la empresa periodística de Rupert Murdoch, News Group Newspapers (NGN), echaron más leña al fuego. En este último caso, Harry señaló los tejemanejes de su padre, Carlos III, para que no siguiera adelante con el proceso judicial, y se su hermano Guillermo, quien habría recibido en secreto «una gran suma de dinero» procedente de News Group Newspapers en 2020 para resolver discretamente su propia demanda por el pirateo de sus llamadas telefónicas.
Un invitado más
Así pues, nadie en el Reino Unido esperaba una participación activa del segundo hijo de Carlos III en su coronación, más allá de su mera presencia como un invitado más. Y la publicación de la liturgia de la ceremonia ha evidenciado que su papel es oficialmente nulo: no participará en ningún momento.
Es cierto que el Príncipe de Gales será el único miembro de los Windsor que participe en la coronación, a través de una alocución en honor a su progenitor durante la liturgia, pero es significativo que el menor de los hijos del Rey parezca un convidado de piedra.
Harry estará solo el día de la coronación. La Duquesa de Sussex, su esposa, se quedará en su residencia de Montecito, en Los Ángeles, a donde Harry regresará en cuanto termine la coronación para sumarse a la fiesta de cumpleaños de su hijo Archie, quien precisamente el 6 de junio cumple 4 años. El Príncipe Archie y la Princesa Lilibet, de un año de edad, actualizaron recientemente su posición en la línea de sucesión al trono británico (quinto y sexto, respectivamente) y ya son oficialmente Príncipes de Sussex, pese a lo cual, no van a estar presentes en tan histórico momento.
Con su ausencia, Meghan Markle se ahorrará la tensión vivida durante los funerales de la Reina Isabel II. Las últimas imágenes de ella en Londres, vestida de riguroso luto y pertrechada bajo una enorme pamela, corrieron como la espuma en todos los medios y en las redes sociales: las lágrimas no dejaron de correr por sus mejillas, mientras que el resto de los Windsor mantenían el tipo con estoicismo. Algunos apuntaron que no eran más que lágrimas de cocodrilo; otros, que respondía más al dolor por los agravios recibidos por su familia política durante las jornadas de duelo nacional. De hecho, Meghan fue ninguneada en varias ocasiones, nadie la acompañó a la Abadía de Westminster (su marido iba en la procesión fúnebre tras el ataud de la Reina Isabel) y tanto ella como Harry fueron 'desinvitados' a la cena de honor a Isabel II después de haber recibido una invitación. La guerra de los Windsor aún no ha acabado.
J. MONJARDÍN
ABC | Madrid