Billboard Argentina capta a los fanáticos de One Direction rindiendo homenaje a la música que marcó sus vidas afuera del hotel donde la estrella del pop encontró su trágico final.
Mientras los últimos rayos de sol iluminaban la fachada del Hotel CasaSur Palermo el miércoles por la noche, los primeros fans comenzaron a llegar. La noticia corrió como la pólvora en las redes sociales: Liam Payne , ex miembro de la boy band One Direction , había muerto tras caer desde una habitación del tercer piso de un hotel. La conmoción fue inmediata y, en cuestión de horas, decenas de seguidores se congregaron en el santuario improvisado frente al lugar donde el cantante británico de 31 años encontró su trágico final. Buenos Aires, la ciudad que lo abrazó en vida, ahora lo despedía en la muerte.
Payne, una de las voces que definieron una generación de la música pop, había llegado a Argentina para asistir al concierto de su ex compañero de banda Niall Horan en el Movistar Arena, en medio de un resurgimiento de la fama tras sus recientes proyectos musicales en solitario. Sin embargo, nadie podría haber imaginado que este viaje se convertiría en su adiós definitivo. La fatídica caída desde su habitación de hotel dejó a sus seguidores envueltos en un duelo colectivo, que la mayoría intenta procesar desde la vereda de la calle Costa Rica, donde velas, flores y cartas han llenado el escenario.
Una vigilia que nunca termina
“No lo puedo procesar, todavía estoy en shock. Fue parte fundamental de mi infancia, significó todo para mí”, dice Martina, de 22 años, una de las primeras fans en llegar al improvisado santuario. Con voz temblorosa, recuerda el momento en que escuchó por primera vez a la banda británica: “Estaba en el auto con mi papá cuando escuché por primera vez ‘What Makes You Beautiful’ y, desde ese día, nunca los dejé ir. Desde ese momento, su música se convirtió en parte esencial de mi vida. Cada canción me acompañó en diferentes etapas, desde los momentos felices hasta los más difíciles. Era como si siempre tuvieran las palabras exactas para lo que estaba viviendo”, continúa. “One Direction fue mucho más que una banda para mí; fueron mi refugio”.
El área frente al hotel se transformó en un espacio de catarsis para los seguidores de Payne. El dolor es palpable, pero también la sensación de camaradería. Felicitas, de 25 años, con una camiseta de Harry Styles, llegó con flores para rendirle homenaje: “Cuando me enteré, no pude procesarlo. Sentí que el mundo se detuvo por un momento. Todo lo que él había significado para mí se desmoronó en segundos. La idea de que alguien tan presente en mi vida ya no estuviera aquí fue devastador”, dice mientras las lágrimas corren por su rostro. Como ella, decenas de jóvenes fanáticos se reunieron para recordar la vida del cantante, cantando sus canciones y compartiendo anécdotas que los conectan con el artista británico.

El impacto de su muerte
La repentina muerte de Payne sacudió al mundo del espectáculo, especialmente a los fans de One Direction que habían crecido escuchando sus canciones. El grupo, formado en The X Factor en el Reino Unido en 2010, se convirtió rápidamente en un fenómeno global . Su música se convirtió en la banda sonora de la adolescencia de millones de jóvenes en todo el mundo. Según Spotify, One Direction cuenta con más de 40 millones de oyentes mensuales en la plataforma, incluso años después de su separación. Canciones como “What Makes You Beautiful” y “Story of My Life” siguen siendo himnos que definen a una generación.
Ludmilla, de 23 años, lo explica de forma sucinta: “Cada canción era parte de nuestra historia, un reflejo de lo que estábamos viviendo. Nos ayudaban a sentirnos comprendidos, a encontrar consuelo y, sobre todo, a conectarnos entre nosotros. No eran solo una banda; eran el hilo que nos unía y nos acompañaba a medida que crecíamos y descubríamos el mundo”.
El último informe policial reveló detalles inquietantes sobre el estado de la habitación donde murió Payne. Según las fuentes, se encontraron pastillas, una botella de whisky casi vacía y otras sustancias que sugieren un posible abuso de drogas. Las investigaciones están en curso, pero estos detalles han añadido otra capa de tragedia a una pérdida ya dolorosa. Las circunstancias exactas de su caída siguen siendo un tema de debate, pero para los fanáticos reunidos en el santuario, los detalles importan menos que el vacío que dejó atrás.
La vigilia en la calle Costa Rica continúa. Los canales de televisión transmiten en vivo, pero para las jóvenes que permanecen allí, el foco está puesto en recordar los buenos momentos y despedir a su ídolo con la música que las unió. “No sé cómo voy a salir de esto”, dice Candela, una fan chilena de 25 años que vive en Buenos Aires. Con una libreta en la mano, escribió una carta que ahora reposa en el altar improvisado junto a flores y fotos. Mientras las velas se apagan y el ruido de la ciudad comienza a envolver el lugar una vez más, las palabras de una fan resuenan en el aire: “Con su ausencia, se llevó una parte de nuestra existencia”.
